Hoy, en casa, hemos aprovechado el horneado de un pastel para repasar un poquito de Ciencias Naturales.
En el último trimestre de 5º se aprenden los cambios físicos y los cambios químicos. Es un poco complicado entenderlo sin ejemplos prácticos; por eso, está bien tener por ahí algún tornillo oxidado, un poco de bicarbonato, un poco de vinagre, plastilina, hielo... Si ya tuviésemos un horno en la escuela, sería la pera, porque podríamos incluso comernos el experimento... Que es exactamente lo que vamos a hacer.
Pero primero hay que saber qué estamos haciendo.
Un cambio físico implica un cambio de forma, pero la composición de la materia sigue siendo la misma. Por ejemplo, un cubito de hielo que se derrite y pasa a ser agua líquida.
La composición del cubito de hielo es H2O.
Pero el H2O, en su estado líquido, sigue siendo H2O. Es lo que conocemos como agua.
Para pasar de hielo a agua es necesario aplicar calor. Si continuásemos aplicando calor, el agua pasaría a convertirse en vapor de agua. Pero su composición seguiría siendo H2O.
Esto se debe a que, si calentamos o enfriamos el agua, sus
moléculas se colocan de distintas formas. Ya sabéis que toda la materia está formada por átomos (como leímos
aquí). Pues los átomos se agrupan formando moléculas, que son grupitos de átomos.
Así son las moléculas de agua según su estado:
Como veis, todas las moléculas están formadas por átomos que son iguales, pero se agrupan de distintas maneras.
Otros ejemplos de cambios físicos son: aplastar un bloque de plastilina, disolver un poco de azúcar en el café o doblar un palito.
Ahora vamos con los cambios químicos. Un cambio químico supone una alteración no reversible de la materia; es decir, un cambio que no puede volver atrás. En el ejemplo del agua, un cubito de hielo puede convertirse en agua líquida y en vapor, y ese mismo vapor puede volver a convertirse en agua líquida y luego otra vez en hielo. Pero los cambios químicos no pueden deshacerse. Por ejemplo, si quemamos un papel.
Esta es la composición de un folio de papel de celulosa:
Si quemamos el papel, se quedará así:
Después de quemarse, la composición del papel pasa a ser otra completamente diferente. Ya no es papel, sino ceniza. Tampoco podrá volver a ser un papel, porque después de quemarse, sus moléculas han formado otras distintas. El calor ha provocado este cambio. Cuando un cambio químico se produce debido al calor, se llama combustión.
En nuestras casas vemos cambios físicos y químicos a diario. Nuestra cocina es nuestro laboratorio.
Aquí tienes algunos ejemplos de cambios físicos:
- lechuga cortada para una ensalada
- almendras laminadas
- queso rallado
- rodajas de zanahoria
Y aquí tienes algunos ejemplos de cambios químicos:
- hornear una tarta
- huevos fritos
- huevos cocidos
- pollo al ajillo
Seguramente os estaréis preguntando qué paso con la tarta. Primero hicimos la mezcla de harina, azúcar y cacao:
Esto es un cambio físico, porque la harina, el azúcar y el cacao siguen siendo harina, azúcar y cacao.
Después añadimos leche, huevo, bicarbonato y aceite:
Ahora se está produciendo un cambio químico: el bicarbonato hace que salgan burbujitas, y la mezcla ya no se puede separar.
Por último, horneamos. ¡Ya tenemos nuestro pastel! La masa se ha convertido en pastel mediante el proceso químico llamado combustión. ¡Qué rico!
¿Qué procesos físicos o químicos puedes apreciar en tu cocina? ¡Cuéntamelo en los comentarios!
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